Tiene casi todos lo ingredientes principales que las demás ginebras, pero lo que la hace inusual, especial en el sabor, es lo que le añaden en su elaboración. Una infusión hecha a base de pétalos de rosas de Bulgaria, casi inapreciable, y otra de pepino holandés, que una vez prensado y sacado su jugo, éste se une al aceite de las rosas que junto con un toque de agua fría y el saber hacer del viejo alambique Carter-Head de Hendrick's (hay sólo cuatro en el mundo y el que tienen en Hendricks data del siglo XIX y ha sido restaurado a su condición original para el proceso actual), le confieren un sabor tan especial y particular a esta ginebra que muchos camareros experimentados, eliminan el "sagrado" limón del gin tonic de Hendrick's y lo cambian por un bastoncillo de pepino. El envase también es especial, líneas puras y oscuras, como de frascos de farmacia antigua, pero que le aportan gran modernidad. Este tipo de botellas son perfectas para el mantenimiento de las esencias y elementos botánicos de los líquidos que contienen.